..."éste es mi hijo amado, en quien tengo puesta mi predilección"...
Durante mucho tiempo tuve una falsa imagen de Jesús. Pensaba: "si él era Dios, lo sabía todo y lo podía todo". No dudé de su humanidad, pero si "sobrevaloré" su divinidad (si es que eso puede hacerse).
Ahora lo comprendo (no sé si comprender es la palabra adecuada, ¿se puede comprender el misterio de Dios?); digamos que ahora lo capté mejor: Jesucristo, segunda persona de la Santísima Trinidad... y hombre, como cualquiera de nosotros.
¡Cuánto quiere el Padre que vayamos a Él! ¡cuánto quiere a través de Cristo hacernos sus hijos! si Él ha elegido estos ojos para ver, estos pies para andar, esta boca para proclamar felicidad y amor... ¡Él eligió este cuerpo, cuerpo de Hombre, para contener en él su misterio!
"Éste es mi hijo amado, en quien tengo puesta mi predilección"
Etiquetas: espiritualidad, vivencias
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