...la razón por la que no voy a cumpleaños ni juego a la pelota...
Hace unas semanas, un día que por cosas de la vida andaba medio bajoneado, recordé este pasaje de mi infancia.
Todo comenzó un fin de semana cualquiera, en el cumpleaños de un compañero de curso, y como en todo cumpleaños de niños de 10 años, nos pusimos a pelotear. El cumpleañero era uno de los mejores para la pelota y le gustaba ser arquero. Yo siempre fui medio malo para jugar al balón (bastante malo en realidad), pero en medio del jolgorio del encuentro deportivo, tuve una iluminación: la pelota, que por malas maniobras de los otros jugadores fue a parar frente a mi, estaba dispuesta de tal forma que tenía despejado el campo para realizar un lanzamiento cuya trayectoria de seguro terminaría en el ángulo de la portería y marcaría el gol que le daría la victoria a mi equipo. Tomé impulso y pateé el balón... allá iba a toda velocidad... se le escapa de las manos al portero-cumpleañero... traspasa la portería... y en ese momento me percaté que la trayectoria de mi tiro con chanfle no terminaría ahí: el arco no contaba con malla, así que la pelota chocó directo con el ventanal del comedor de la casa de mi amigo, el cumpleañero y portero. (Qué extraño es el sonido de algo que se quiebra, sobretodo si es un gran ventanal). Un momento más tarde, todas las miradas sobre mí.
Y la historia no termina ahí: la mamá de mi amigo ya había dispuesto todo lo necesario para el festejo sobre el comedor, incluso la torta con forma y adornos de cancha de fútbol. Todo quedó lleno de pedazos de vidrio.
Por suerte no me retaron: todos comprendieron que fue un accidente; pero la sensación de culpa y vergüenza me acompaña hasta hoy y aflora tarde y nunca, cuando los días grises traen de vuelta estos desventurados recuerdos que creía olvidados. equisdé.

Etiquetas: mi historia, vivencias
1 Comments:
Ay! Amor, es tan tragicómico...
Me llama la atención que señales que tus días grises puedan llevar a colación esa escena tan tragicómica...
Si me hubiera pasado, la recordaría para mis días de humor... pues nadie te retó y el arco no tenía red... cuek!
Pobre chiquillo mío con su trauma de niño... de niño muy bueno, que sigues siendo hasta el día de hoy!
Creo que a veces me pareces muy culposo cuando reconoces que te equivocas en algo pequeño...
Me hubiera gustado viajar en la súper "máquina del tiempo" para estar allí y abrazarte... Decirte que eras un niño hermoso... y celebrar tu gran hazaña traviesa (sin querer, claro!).
En fin... tú igual vas a los cumples hace rato (desde que te conozo al menos). Y la pelota, no la juegas por dilemas de funcionamiento de tu hermoso corazón y para no quedar en verguenza (pues de seguro no juegas bien después de tanto tiempo).
En fin... te propongo superar tus escenas de ahogo al tratar de nadar! Quiero ver a mi delfín con el sonidito hermoso de su boquita, pero chapoteando en el agua ^^
Te amo.
Un beso laaaaargo y muy dulcecito!
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