03 agosto 2009

...invisible, incomprensible, inefable, inesperado...

Escojo lo invisible; pero después de tener los ojos bien abiertos a lo visible. Aquí me esperas Tú.
Acepto lo incomprensible, pero sólo después de escucharte seriamente en el límite de mi libertad.
Quiero dejar que lo inefable se enseñoree de mi lengua y de mi canto, después de saborear hasta la última sílaba de tu Palabra, en la Biblia, en la Iglesia y en el más débil balbuceo de mis hermanos.
Deseo estarme a la puerta de mi corazón, esperando al Inesperado, pues Tú vienes ciertamente como el ladrón nocturno.
Anhelo de corazón amarte a Ti, Dios, cuyo rostro nunca he visto.
Quiero servirte así escondido, sin pedirte otra cosa, sino que Tú seas hoy verdaderamente Dios para mí: que te deje ser Dios invisible, incomprensible, inefable e inesperado, Padre de misericordia.

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1 Comments:

Blogger Unknown said...

=)
me gustó muchísimo ^^
Hace falta un tiempo, no?
te quiero mucho Jose!

Danu-mon
desde su otro mail :3

9:33 p. m.  

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